JavaScript:
Refactorización

Cómo hacerlo:

Veamos un ejemplo simple donde la refactorización puede hacer que tu código sea más conciso y legible. Aquí, refactorizamos una función que calcula la suma de un arreglo de números.

Antes:

function calculateSum(arr) {
  let sum = 0;
  for (let i = 0; i < arr.length; i++) {
    sum += arr[i];
  }
  return sum;
}

console.log(calculateSum([1, 2, 3, 4])); // Salida: 10

Después:

function calculateSum(arr) {
  return arr.reduce((sum, num) => sum + num, 0);
}

console.log(calculateSum([1, 2, 3, 4])); // Salida: 10

¿Ves cómo el método reduce reduce el tamaño de la función mientras mantiene la funcionalidad intacta? Eso es la refactorización para ti.

Profundización

La refactorización no emergió como una práctica formal hasta la publicación del libro de Martin Fowler “Refactorización: Mejorando el diseño del código existente” en 1999. Este libro, junto con el auge del desarrollo de software ágil, ayudó a impulsar la refactorización hacia la corriente principal.

Describir la refactorización como un aspecto del desarrollo de software es como explicar por qué ordenarías un taller: lo haces para que la próxima vez que tengas que arreglar algo (en este caso, código), pasarás menos tiempo lidiando con el desorden y más en el problema real.

Cuando hablamos de alternativas a la refactorización, entramos en una discusión más amplia sobre estrategias de mantenimiento de software. Uno podría optar por una reescritura completa, por ejemplo, pero eso es a menudo más costoso y arriesgado. Si refactorizas incrementalmente, cosecharás beneficios continuos sin hundir el barco con una revisión repentina.

La refactorización ha sido facilitada por el desarrollo de entornos de desarrollo integrados (IDEs) y herramientas como JSHint, ESLint y Prettier en el ecosistema de JavaScript, que automatizan las verificaciones de calidad del código y destacan oportunidades para la refactorización.

Todo se trata de un código limpio, expresivo y mantenible. Algoritmos sofisticados, optimizaciones de estructuras de datos o incluso cambios arquitectónicos como pasar de estilos de programación procedimental a funcional podrían ser parte de un proceso de refactorización.

La refactorización debe hacerse con cuidado; es esencial tener un conjunto robusto de pruebas para asegurar que tus cambios no hayan alterado el comportamiento del software de manera inesperada, otra razón por la cual el Desarrollo Guiado por Pruebas (TDD) encaja bien con la refactorización, ya que proporciona esa red de seguridad por defecto.

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